EL AMOR EN LA VIDA CRISTIANA Y EL COMPROMISO CON LA MISION - PARTE 2 || SERMON DEL DOMINGO 27 DE NOVIEMBRE
EL AMOR EN LA VIDA CRISTIANA Y EL COMPROMISO CON LA MISION.
PARTE 2 / CONCLUSION
TEXTO BIBLICO: RO.1:1-7
Introduccion: (Recapitulacion)
La relación entre nuestra vida cristiana y el compromiso con la misión, debemos
considerarla como asuntos inseparables. En la medida en la que entendemos y
tomamos conciencia de quien somos en Cristo (nuestra identidad cristiana), vamos
experimentando una profunda y estrecha relación con Cristo cada día (nuestra vida
cristiana). Nuestra “identidad y relación” en Cristo nos va llevando a una vida de
compromiso con sus asuntos.
Cuando el Apóstol Pablo afirma que era “siervo de Jesucristo” y “llamado y designado
para ser apóstol” Ro.1:1, estaba expresando que su identidad era ser siervo de Cristo
y, por vivir de esta manera, cumplía la misión para la cual había sido llamado. Por
tanto, reflexionaremos sobre uno de los elementos esenciales en la vida en Cristo: El
amor.
Considerando que los diferentes asuntos de la vida diaria, fácilmente nos pueden
desviar de practicar un cristianismo bíblico y simple, haciendo que todas nuestras
capacidades, talentos, atención, energías, relaciones se desgasten al final de cada día.
Debe ser un asunto de mucha preocupación cuando proclamamos una espiritualidad
sin amor. Cuando la iglesia no llora con los que lloran, o cuando nuestras relaciones se
van tornando mas egoístas. Debe de preocuparnos cuando vemos al mundo
preocuparse y actuar con mas misericordia con el caído que el propio pueblo de Dios y
cuando la iglesia (sal y luz) define su experiencia de fe a partir de sus reuniones
“solemnes” y no de relaciones sinceras, es una muestra de que no estamos amando.
En el capitulo 13 de la primera carta a los Corintios, Pablo nos muestra uno de los
textos que mas definen nuestra fe, ahí nos presenta el amor como el centro de la vida
cristiana. Nos muestra que, si no amamos, nos volvemos una iglesia con apariencia,
forma y discurso espiritual, pero de hecho carnal, con presencia de dones espirituales,
pero sin lo esencial del cristianismo.
“Si yo puedo hablar varios idiomas humanos e incluso idiomas de ángeles, pero
no tengo amor, soy como un metal que resuena o una campanilla que repica. 2Yo
puedo tener el don de profetizar y conocer todos los secretos de Dios. También
puedo tener todo el conocimiento y tener una fe que mueva montañas. Pero si no
tengo amor, no soy nada. 3Puedo entregar todo lo que tengo para ayudar a los
demás, hasta ofrecer mi cuerpo para que lo quemen. Pero si no tengo amor, eso
no me sirve de nada” 1Cor.13:1-3 NTV
“Ahora permanecen estas tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero el más
grande de todos es el amor.” 1Cor.13:13 NTV
El amor, que aquí expone Pablo, no es solo superior a los dones, sino uno que marca
profundamente nuestra identidad cristiana, le pertenecemos al Señor, somo de Él,
cuando buscamos amar.
Con todas estas consideraciones, ¿cómo es el amor, como uno de los elementos
esenciales de la vida cristiana y el compromiso con la misión?
I. El amor es perceptible.
II. El amor prueba la espiritualidad.
III. El amor es un aprendizaje.
En este hermoso capitulo13 de primera de Corintios del verso 9 en adelante,
vemos que el amor es un aprendizaje. Notemos: “Yo era niño y ahora soy
hombre, veía de forma oscura, ahora veo claramente.” O sea, amar es un
proceso, una jornada. No nacemos amando. Para amar, debemos pedir al
Señor que nos ayude.
El salmista, en el salmo 119:32 afirma que andará en los caminos del Señor
cuando este ensanche su corazón. Necesitamos de corazones ensanchados,
abiertos, prontos para amar. Pidamos al Padre que nos enseñe a amar,
necesitamos desprendernos de todo aquello que es incompatible con el
amor. John Edwards, en su libro “Afecto religioso”, nos habla de la
incompatibilidad del amor con las palabras de agresión. Nunca amaremos
mientras que nuestra agenda diaria este llena de competencias, envidia,
falso celo, comparaciones innecesarias, soberbia y agresiones.
“Por el camino de tus mandamientos correré,
Cuando ensanches mi corazón.” Salmos 119:32 RV60
IV. El amor nos conduce a la misión.
Ciertamente, somos capaces de predicar sobre todos los aspectos de la
misión. Pero, nuevamente, sin amar, continuaremos pasando de largo
delante del caído a la orilla del camino, herido, que sufre, y volteando el
rostro con indiferencia a los que todavía no han oído de Jesús. Seremos así,
cristianos de culto, de escritorio, de pulpito, de banca, de templo, hablando
de lo que no experimentamos, o cristianos positivos haciendo lo que es cierto,
pero con motivos equivocados, sin amor.
La relación entre el amor y la misión es clara. Cuando Dios envió a Su Hijo,
lo hizo motivado por el amor. Jesús cumplió su ministerio motivado por el
amor. El Samaritano que se detuvo y ayudo al caído a la orilla del camino, lo
hizo motivado por el amor. El amor nos lleva a traspasar lo que no se puede
traspasar, olvidarnos de nosotros mismos y mirar al otro, al prójimo con un
interés renovado.
“El amor es poner en práctica los mandamientos de Dios. Es el mismo
mandamiento que ustedes han oído desde el principio: que vivan una
vida de amor.” 2 Juan 1:6 PDT
“Hijitos, nuestro amor no debe ser sólo de palabras, pues el verdadero
amor se demuestra con hechos.” 1 Juan 3:18 PDT
“En esto Dios nos demostró su amor: en que envió a su único Hijo al
mundo para que tuviéramos vida por medio de él.” 1 Juan 4:9 PDT
Conclusión:
Caminemos, paso a paso, hacia una vida mas cercana a Cristo y más útil al reino.
Recordemos siempre que: La vida cristiana no esta separada del compromiso con la
misión. Están íntimamente vinculadas, están estrechamente relacionadas.
Martin Lutero escribió:
“Esta vida, por lo tanto, no es justicia, sino crecimiento en justicia. No es salud,
sino sanidad. No es ser, pero si llegar a ser. No es descansar, sino ejercitar.
Todavía no somos lo que seremos, pero estamos creciendo en esa dirección. El
proceso todavía no esta terminado, pero sigue avanzando. No es el final, sino
una etapa. Todas las cosas todavía no brillan en gloria, pero todas las cosas van
siendo purificadas,”
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