QUE ES LA IGLESIA MISIONAL? PARTE 2 || SERMON DEL DOMINGO 19 MARZO
SERIE: VIVIENDO LA VIDA DE CRISTO EN PLENITUD
¿QUÉ ES LA IGLESIA MISIONAL? PARTE 2
TEXTO BIBLICO: MR.16:14-18
Introducción:
Según el Pastor Tim Keller, el concepto misional viene vinculado a la idea de la
missio dei, o la misión de Dios. Esta idea promueve que el Dios Trino tiene una
misión, la de rescatar y salvar aquello que se había perdido (Lc. 19:10). Esta
misión es la historia de toda la Biblia, donde Él inicia con un pueblo, Israel, y de
ese pueblo nace su Hijo, quien será de bendición a todas las naciones,
cumpliendo la promesa de Dios a Abraham Gn. 12 y 15
Así como el Dios Trino tiene una misión, Él también ha dado a su pueblo una
misión. Jesús dijo a sus discípulos: “Paz a ustedes; como el Padre Me ha
enviado, así también Yo los envío” (Jn. 20:21). También tenemos el pasaje de la
Gran Comisión, Mateo 28:18-20, en donde Jesús envía a sus discípulos para
que hagan discípulos de Él. También vale mencionar lo que Pablo dice en 2
Corintios 5:20: “Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara
por medio de nosotros…” No creo que ser misional es una ideología nueva,
sino que es un regreso a lo que la iglesia de Cristo siempre ha sido llamada
a ser y hacer.
RECAPITULACION:
I. ¿QUÉ ES LA IGLESIA MISIONAL?
La premisa principal de la iglesia misional es que la iglesia es el
instrumento de la misión de Dios. Por lo tanto, “la misión” no es un
programa de la iglesia sino que es la esencia y naturaleza de la iglesia.
El asunto tiene que ver con el papel que desempeña la iglesia como
una comunidad o entidad orgánica. Estamos hablando de la identidad y
el propósito de la iglesia. Cuando la iglesia entiende su identidad, ella
entonces entenderá su propósito y actuará de acuerdo con este.
LA IDENTIDAD Y EL PROPÓSITO DE LA IGLESIA
Entonces, ¿Cuál es la identidad de la iglesia? ¿Qué es la iglesia? En
corto, la iglesia es el instrumento de la misión de Dios. La iglesia no es
meramente una institución. Si la iglesia fuera una mera institución
humana como cualquier otra, su propósito sería su auto preservación.
Pero si la iglesia es el instrumento de la misión de Dios, entonces su
propósito es participar precisamente en la misión de Dios. La iglesia
“no existe para atraer personas a sí misma y simplemente perpetuar su propia existencia
institucional… Más bien, la iglesia existe para proclamar el reino de Dios
entre los hombres y mujeres”.
La identidad y propósito de la iglesia están basados en la misión de
Dios. Es imposible definir la identidad y propósito de la iglesia aparte
de la misión de Dios. Por lo tanto, es necesario definir la misión de
Dios.
II. LA MISIÓN DE DIOS
“La misión de Dios es redimir al mundo y llenar la tierra de su gloria”. La
iglesia misional también entiende que ella es el instrumento que Dios
está utilizando para lograr dicha misión. Esta conclusión está basada
en un entendimiento de la historia completa de la Biblia. Un breve
resumen de la historia de la redención narrada en la Biblia tendrá que
bastar para demostrar esta afirmación. En la Biblia se narra la historia
de cómo Dios está redimiendo al mundo.
En la historia de la Biblia vemos que Dios es un Dios misionero.
Después de la caída de Adán y Eva, cuando el pecado entró al mundo y
la creación de Dios fue corrompida, Dios puso en acción un plan que él
había planeado incluso antes de crear al mundo; el plan de redención.
Una de las etapas más tempranas de ese plan fue cuando él escogió a
Abraham y eventualmente al Pueblo de Israel y los bendijo y los hizo
una gran nación para que fuera una bendición y para que en ella todas
las familias de la tierra fueran bendecidas. ( Génesis 12:1-3). Israel
debía ser un pueblo misionero. Las naciones debían ser atraídas a Dios
por medio del testimonio de un pueblo santo con leyes perfectas que
vivía bajo el reinado de Jehová.
La misión de Dios y su propósito de redimir al mundo son
detalladamente descritos y profetizados a lo largo de la historia de
Israel en el Antiguo Testamento.
El clímax de la redención y la etapa más importante de la misión de
Dios y la forma absoluta en la que las familias de la tierra son
bendecidas toma lugar con el cumplimiento de las promesas y profecías de Dios en la
encarnación, sufrimiento, muerte, resurrección y ascensión de su Hijo
Jesús. Colosenses 1:20 nos dice que, por medio de Jesús, Dios
reconcilió “todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de
la sangre de su cruz, por medio de Él, repito, ya sean las que están en la
tierra o las que están en los cielos” (LBLA).
Sin embargo, aunque la obra de Jesús fue absoluta en el plan de
redención de Dios y fue final para la expiación de pecados, Dios en su
soberanía aun continúa llevando a cabo su misión de redimir al
mundo. Pero ahora lo hace por medio de su Iglesia. Lucas en su
introducción al libro de los Hechos, escribe, “El primer relato que
escribí, Teófilo, trató de todo lo que Jesús comenzó a hacer y a enseñar,
hasta el día en que fue recibido arriba, después de que por el Espíritu
Santo había dado instrucciones a los apóstoles que había escogido”
Hechos 1:1-2.
En otras palabras, el ministerio terrenal de Jesús era solo el principio
de su ministerio. Después de su ascensión, el ministerio de Jesús
continúa por medio de su iglesia por el poder del Espíritu Santo.
John Stott lo explica así en su comentario de Hechos:
“No es exageración decir que esto separa al cristianismo de todas las
demás religiones. Estas consideran que su fundador completó su
ministerio durante su vida; Lucas dice que Jesús únicamente empezó el
suyo… Después de su resurrección, ascensión y el don del Espíritu, él
continuó su obra, primero que nada, por medio del ministerio
fundamental de sus apóstoles escogidos y subsecuentemente por medio
de la iglesia post-apostólica en todo periodo y lugar”.
La misión de Dios después de la ascensión de Jesús continua por medio
de su iglesia por su Espíritu Santo. Ahora la iglesia es el testigo de Dios
del evangelio; las buenas noticias del reino de Dios. Y es la tarea de la
iglesia proclamar las buenas nuevas del reino de Dios hasta que este
reino sea consumado en el último día.
EL PROPÓSITO DE LA IGLESIA ES DETERMINADO POR SU
IDENTIDAD
Solo cuando entendemos nuestra identidad como iglesia entonces
podemos entender nuestro propósito y, como resultado, actuar en
base a esa identidad y propósito. La identidad de la iglesia es el
instrumento de la misión del Dios trino. “La iglesia de Jesucristo no es el
propósito o la meta del evangelio, más bien su instrumento y su testigo”.
Por lo tanto, nuestro propósito como iglesia no es hacer lo que se nos ocurra para aumentar
el número de personas que nos visitan, sino que es alinearnos con la
misión de Dios y proclamar el evangelio al mundo.
¿Por qué otro motivo nos dejó Dios en el mundo? Si el propósito de la
iglesia fuera su preservación como institución, o incluso si su único
propósito fuera su santificación, Dios nos hubiera llevado con él y
hubiera terminado la obra de santificación y preservación. Pero él nos
dejó en el mundo. No solo nos dejó, sino que nos envió, nos comisionó,
y nos dio poder por medio de su Espíritu para que le fuéramos testigos
en el mundo. Nuestro Señor Jesucristo declaró antes de ascender a la
diestra de su Padre, “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la
tierra. Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a
guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros
todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:18-20). También
agregó, “Recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros;
y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los
confines de la tierra” (Hechos 1:8)
PARTE 2 Y CONCLUSION
III. DOS IMPLICACIONES IMPORTANTES
Dos implicaciones mayores del hecho de que la iglesia es el
instrumento de la misión de Dios son (1) que todo lo que una iglesia
hace debe tener la misión redentora de Dios como su propósito. Y (2)
la iglesia en conjunto es una señal colectiva del reino de Dios.
La misión no debería ser solo un programa de la iglesia. Más bien, debería
ser su propósito principal. Esto significa que todo lo que una iglesia hace,
sus programas, eventos, grupos, servicios, etc. deben ser evaluados a la luz
de la misión de Dios. ¿Por qué hacemos las cosas que hacemos? ¿Por qué
nuestra liturgia es así? ¿Estas cosas nos están ayudando a ser más
efectivos en cumplir nuestra comisión o nos están distrayendo de la
misma? ¿O hacemos estas cosas porque es así es como siempre le hemos
hecho, o porque esas cosas nos van a ayudar a preservar nuestra propia
institución? Todo lo que hacemos como iglesia debe ser filtrado a través de
la misión de Dios.
Además, la iglesia en conjunto es una señal colectiva del reino de Dios. No
debemos pensar que solo unos pocos miembros dotados de la iglesia son
los que llevan a cabo la misión de hacer discípulos. Sino que la iglesia en
conjunto, todos los miembros, están activamente trabajando juntos para
proclamar el reino de Dios en palabra y en hecho y para hacer discípulos
de Cristo. “Esto es una declaración más grande que decir que cada
miembro individual de una iglesia es un misionero… Más bien, la iglesia
misma es una señal de que el reino de Dios ha comenzado en la tierra, y es
un anticipo del reino consumado que ha de venir. También es un agente e
instrumento del reino de Dios”. La iglesia misma es un testigo colectivo de
las buenas noticias del reino de Dios. Esto nos hace revaluar nuestros
métodos “evangelísticos” nuestro evangelismo individualista, nuestros
programas misioneros, nuestras prioridades, etc.
Conclusión:
Si realmente entendemos que somos una señal colectiva del reino de
Dios debemos preguntarnos, ¿Cómo podemos trabajar juntos como un
cuerpo para proclamar el reino de Dios en nuestra comunidad?
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