SERMON DOMINGO 5 DE JUNIO || DEDICADOS A VIVIR LA VIDA DE CRISTO EN PLENITUD

 


SERIE: VIVIENDO LA VIDA DE CRISTO EN PLENITUD

DEDICADOS A VIVIR LA VIDA DE CRISTO EN PLENITUD

TEXTO BIBLICO: JUAN 12:20-26


Introducción:

Nos encontramos en la ultima semana de la vida de Jesús sobre la tierra, había entrado a Jerusalén montado sobre un pollino bajo un cielo de ramas de palmera. Dos multitudes estaban con el, una que había estado con el cuando resucito a Lázaro y le seguían y la otra que había venido a recibirle porque habían oído que el había hecho esta señal. V.17,18. Fueron en tropel a ver a Jesús porque sabían de su gran milagro. La adoración fue breve y el compromiso superficial. Por desgracia, el motivo era mas la curiosidad que la verdadera fe. La devoción basada únicamente en curiosidad o popularidad desaparece pronto.

¿Qué significa vivir en plenitud la vida de Cristo? Consideremos unas preguntas importantes:

 

I.             ¿Que actitud es correcta cuando nos piden presentarles a Jesús?. V.20,22

Los griegos que acudieron a buscar a Jesús eran gentiles que se habían convertido al judaísmo (prosélitos: paganos convertidos al judaísmo) no judíos de habla griega (helenistas). El hecho de que subían a adorar en la fiesta muestra que ya no practicaban la religión de sus antepasados. Que acudieran al Señor Jesús en esta ocasión es una imagen del hecho de que cuando los judíos rechazaran al Señor Jesús, los gentiles paganos oirían el evangelio, y muchos de ellos creerían, como sucede hasta el día de hoy.

No se da ninguna razón de porque se acercaron a Felipe. Quizá por su nombre griego y por el hecho de que era de Betsaida de Galilea, puede que los griegos hayan visto a Felipe en Galilea, donde Vivian muchos griegos.

Su petición fue verdaderamente noble, rogaron, con la mayor cortesía y respeto. Señor, queremos ver a Jesús  o deseamos ver a Jesús, o como la RV quisiéramos ver a Jesús. Desde luego, lo que es “verlo” ya seguramente lo habrían “visto”. Lo que querían era una entrevista con Jesús. Nadie que tenga este sincero deseo en su corazón es jamás despedido sin quedar satisfecho.

V.22. Quizá Felipe no estuviese demasiado seguro acerca de si Jesús iba a ver a estos griegos. Jesús había ordenado antes a sus discípulos que no fuesen con el evangelio a los gentiles, de modo que Felipe fue a Andrés, y juntos se lo dijeron a Jesús. Andrés era claramente un hombre prudente para una crisis, ¿Cuál era la crisis? La barrera, la pared intermedia que separaba a judíos y gentiles, que solo fue derribada mediante la cruz de Cristo. Andrés no tiene solución para Felipe, y acuden con el problema, sin los griegos, ante Jesús.

II.           ¿Qué responde Jesús a aquellos que quieren conocerle?    V.23-25.

¿Por qué querían los griegos ver a Jesús? Si leemos entre líneas, podemos suponer que les atraía la sabiduría de Jesús y que querían exaltarle como su filosofo popular. Seguramente sabían que  pronto enfrentaría un choque con los lideres judíos y querían que salvase Su vida, quizá lleno a Grecia con ellos. Su filosofía era “sálvate”.  La petición de los griegos de esta entrevista agita a Jesús en lo mas hondo.

Pero Jesús les respondió que esta filosofía estaba directamente enfrentada a la ley de la cosecha. La hora predestinada había llegado Jn.13:1.  El seria glorificado en Su muerte sacrificial, y no con una vida cómoda. El quiere decir que “La Cruz debe venir antes que los griegos realmente puedan acudir a Jesús con conocimiento.”

 El punto central es el siguiente: v.24 La semilla nunca produce trigo hasta que primero cae en la tierra y muere. El Señor Jesús se refirió así mismo aquí como el grano de trigo. Si no moría, quedaría solo. Gozaría de las glorias del cielo a solas; no habría pecadores salvados que compartiesen Su gloria. Pero si moría, proveería un camino de salvación por el que muchos podrían ser salvos.

Jesús expone aquí la contrariedad de que  la vida viene a través de la muerte. Desconocemos si los griegos lo oyeron o no. Si lo oyeron, oyeron algo que era extraño y no existía en la filosofía griega, el ideal cristiano del sacrificio. Se han encontrado granos de trigo en tumbas egipcias de tres y cuatro mil años de antigüedad, pero están muertos ahora. No dieron fruto.

Lo mismo se nos aplica a nosotros, como dice T.G. Ragland:

“Si rehusamos ser granos de trigo -cayendo a la tierra y muriendo-; si no queremos sacrificar espectativas ni arriesgar nuestra reputación, propiedades y salud; si cuando somos llamados no abandonamos nuestro hogar ni rompemos nuestros lazos familiares por causa de Cristo, entonces quedaremos solos . Pero si queremos ser fructíferos, hemos de seguir a nuestro Bendito Señor mismo, volviéndonos granos de trigo, y muriendo, entonces daremos mucho fruto.”  

Mucha gente cree que las cosas importantes de la vida son el alimento, el vestido y los placeres. Viven para estas cosas. Pero al amar así sus vidas, pierden de vista que el alma es mas importante que el cuerpo. Al descuidar el bien de sus almas, pierden sus vidas. En cambio, los hay que cuentan todas las cosas como perdida por amor de Cristo. Para servirle, dejan de lado cosas muy apreciadas entre los hombres. Estos son los que guardarán sus vidas para vida eterna,  siendo fieles a Cristo.  Aborrecer la propia vida significa amar a Cristo mas que uno ama sus propios intereses.

III.         ¿Qué condición es necesaria para el que quiera servirle? V.26

Para servir a Cristo, es necesario seguirlo. El quiere que Sus siervos obedezcan Sus enseñanzas y se parezcan moralmente a El. Han de aplicarse así mismos el ejemplo de Su muerte. Todos los siervos reciben la promesa de la presencia constante y protección de su Maestro, y esto se aplica no solo a la vida presente, sino también a la eternidad. El servicio ahora recibirá la aprobación de Dios en un día venidero. ¡Todo lo que uno sufra aquí de vergüenza o vituperio será cosa bien pequeña en comparación con la gloria de ser públicamente elogiado por Dios Padre en el cielo!.

Conclusión:

Debemos estar dedicados a vivir la vida de Cristo en plenitud, que en comparación “aborrezcamos” nuestra vida. Esto no significa que anhelemos morir ni que seamos descuidados ni destructivos con la vida que Dios nos ha dado, sino que estemos dispuestos a morir si con esto glorificamos a Cristo. Debemos renunciar al tirano gobierno de nuestro egoísmo. Echando a un lado nuestra búsqueda de ventaja, seguridad y placer, podremos servir a Dios con amor y libertad. Soltar las riendas de nuestras vidas y transferir el control a Cristo trae vida eterna y gozo genuino. ¡Amen!


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